El
último Samurai
En el antiguo Japón, el primer
Emperador, llamado Kama había tenido un hijo, este, no era como
todos los demás... este había nacido con una espada de oro
inscripta en su espalda. El Emperador Kama, asombrado de esto llamó
a una curandera para que examine al hijo de Kama. Como la curandera
tenía grandes conocimientos acerca de magia negra y rituales
sagrados, Kama pensó que ella era la única que podía decirle que
era lo que a su hijo le sucedía.
Larca, la curandera asistió al
castillo del emperador, el cual la hizo acceder con mucho cuidado al
salón dónde su hijo de apenas una semana descansaba.
Apenas entró Larca dijo con su
voz fina y retorcida -este es descendiente de un dragón, pero no
cualquiera. Les contaré: Hace mas de mil años, cuándo los dragones
poblaban estas tierras, surgió entre los dragones verdes uno de
color rojo. Cuándo creció era el mas fuerte de todos, pero los
humanos llegaron a donde se encontraban los dragones y los
exterminaron a todos por lo que solo el dragón rojo sobrevivió y e
casó con una humana, el dragón y ella tuvieron una hija nada
particular, igual a todos los humanos, solo que con una espada en la
espalda. Y ella es la madre de tu hijo, Emperador Kama, debes cuidar
a tu hijo como a nadie-. Y la curandera Larca se marchó.
Impactado había quedado el
Emperador Kama, se preguntaba que podía hacer para que el niño
crezca sano y salvo. Pero una idea le surgió, esta era hacerse con
los mas fuertes de su reino, otorgarles una espada y una armadura
para que no solo defiendan el castillo, sino a todo el reino.
Las inscripciones se abrieron y
vinieron cerca de diez mil quinientos hombres, de los cuales unos
seis mil doscientos quedaron para convertirse en samuráis, aquellos
que defenderían a la familia del emperador, y al reino.
Este gran ejercito Samurai se
dividió en trescientos grupos, los cuales dos de ellos se quedarían
en el castillo, y los demás saldrían a cuidar todas las regiones
del gran imperio.
Uno de los grupos que cuidaba el
castillo, fue citado por Larca, la curandera. Recibieron las ordenes
de asesinar al niño que ya había cumplido 6 años y andaba
libremente por los jardines del castillo imperial. Todos se negaron
excepto el mas fuerte de todos los samuráis que al principio dijo
que no, pero luego volvió con Larca sigilosamente y aceptó matar al
niño, a cambio que le dijera por qué debía matarlo y que le diera
una recompensa.
Larca le contó, que cuando el
niño cumpla dieciocho, cobrará la inteligencia, fuerza y destreza
de un dragón y si esto sucede, yo perderé el cargo de curandera y
no podré ser nunca emperatriz y convertir el reino en un reino de
maldad.
Gracias a la frialdad de Taiwán,
el guerrero mas fuerte de los samuráis acepto el reto, a cambio de
lo que antes había pedido y un cargo en el reino de maldad de Larca.
Larca aceptó.
Taiwán tomó una gran espada y
con su fuerza, destreza e inteligencia, se las arregló para matar
ciento dos samuráis, alrededor del castillo apenas quedaban 36
samuráis avispados rodeando al niño de 6 -¡¡NO TE MUEVAS!!- -¡¡NO
TE MUEVAS!!- gritaban para que el niño se quede ahí y no llegue a
morir, como estaban en el piso veintidós del castillo, el mas alto y
seguro, era difícil que Taiwán, el traidor, los encontrara. Pero de
pronto la puerta se abre de golpe. Valla suerte! Era el emperador
Kama que corría a abrazar a su hijo. Pero entra por la ventana
rompiéndolo todo Taiwán, quien acaba rápidamente con los samuráis,
en el suficiente tiempo como para que el niño y Kama escapasen.
Corrían bajando las escaleras, cuando de repente una flecha
atraviesa por el estómago a Kama y este le dice a su hijo que se
escondiera en una cueva y no salga hasta que tenga dieciocho años y
pueda vencer a Larca y Taiwán. Quienes habían traicionado a Kama.
El niño llamado Usuwa se
escondió por varios años en la cueva, ya había cumplido 15 años y
una anciana siempre le traía de comer a la cueva donde residía, ro
se enteró que esta señora fue asesinada por el imperio, Usuwa
decidió que aunque faltaban tres años para que sea hora de salir de
la cueva, saldría en este momento. Corrió al castillo, su destreza
a pesar de aún no llegar a la edad de dieciocho era increíble, pero
Larca y Taiwán, quienes se habían echo con el reino lo capturaron
en un lugar dónde sabrían que nunca iba a salir, una cámara negra
de las que solo se hacían con magia negra del mas alto nivel.
Pasaron dos años y medio y
Usuwa estaba muy cerca de cumplir dieciocho, faltaban apenas 6 meses.
Pero recién un día antes Larca
se percató de eso. La única forma de matarlo a esta altura era con
el hechizo de las veinticuatro horas, que como dice el nombre tardaba
veinticuatro horas en hacerse, pero solo faltaban dieciocho horas
para que Usuwa cumpla dieciocho, así que Larca buscó a Taiwán por
todos lados para que mata a Usuwa con sus manos.
Lo buscó por todas partes, pero
lo encontraron en el otro lado del reino, se tardó diecisiete horas
en venir, solo faltaba una hora para que Usuwa se convirtiera en el
Dragón Sagrado. Taiwán lo atacó con toda su fuerza, lo que fue
inútil.
Lacra y Taiwán se sentaron a
rezar que sea falsa la leyenda del Dragón, pero un rugido
estremecedor puso de punta los pelos de todo el reino, era el gran
Dragón Sagrado de un tenue y notable color dorado, el cual dio el
rugido llamado rugido libertad, quien encerraría a los malos en la
cámara definitiva, dónde vivirían para siempre en un lugar oscuro,
frío y tan malvado como quien estaba dentro.
Los buenos aldeanos vivieron muy
felices en el reino del Dragón Sagrado, quien se convirtió con los
años en ''El último Samurái''.
FIN
Espero que les haya gustado la historia que hice, saludos a todos!